Dos importantes partidos se protagonizaron ayer por copas continentales. En primer lugar, el engaño más grande estos últimos años, el Internazionale de Milán, equipo conformado por un rejunte de fracasados de otros clubes, caballos cansados, algunos habilidosos(los menos) y aproximadamente un 5% de jugadores italianos, cayó a manos de un tradicional equipo copero, el Liverpool, conjunto que casi nunca es tomado como favorito, pero que ha sido protagonistas de estas últimas ediciones de la EUFA Champions League. La escuadra inglesa había ganado el primer cotejo por 2-0, en la ida, y logró imponerse también en la vuelta por 1-0. Esto demuestra claramente, como el título lo enuncia, la farsa del Inter, equipo mediocre que resurgió en la liga italiana, gracias a la sanción impuesta a Milan, Juventus, Lazio, y compañia, a raiz del escándalo de las apuestas arregladas, que se diera a luz hace un par de temporadas; tiempo en el que el equipo Negro - Azul, parecía destinado a ser tercero para siempre en la Serie A, detrás de Milan y Juventus. La verdad es que se elogia mucho a este conjunto, que se destaca, creo personalmente, por la tremenda mediocridad en la que se sumerge la liga italiana desde aquel escándalo, y no tanto por sus virtudes propias, ya que los jugadores son casi los mismos hace varias temporadas. En fin, soy de los que creen que el verdadero nivel de los equipos se demuestra en competiciones como estas y en instancias como estás, donde no hay margen de error, y en cuestión de minutos se pueden resolver las cosas, no en la liga de 38 fechas, donde sacando unos cuantos puntos al segundo, se puede especular para consagrarse, además de enfrentar a la mayoría de equipos que no están a la altura de las circunstancias. Para corroborar esta opinión un poco más, cabe recordar que, exceptuando al Milan, múltiple campeón de la Liga de Campeones y equipo copero por tradición, ningún otro equipo italiano se ha consagrado o al menos ha estado en las instancias finales en las copas europeas, en la última década.
Por otro lado, San Lorenzo logró una importantísima victoria de visitante, a los casi 4000 metros de altura, frente al Real Potosí. Luego de ir perdiendo por 2-0, el conjunto de Boedo pudo remontar la situación, para terminar ganando 3-2. Mostró una actitud y un empeño que la gente del Ciclón venía pidiendo, y ha podido reacomodarse en su grupo, dejando prácticamente al equipo boliviano fuera de competición, y metiéndose en discusión con Cruzeiro y Caracas. El equipo de Ramón dio entonces un gran paso, pero no el último, de cara a la clasificación, ya que tendrá dos encuentros claves y definitorios: la incursión a Belo Horizonte frente al Cruzeiro, y la revancha en el nuevo gasómetro frente a Caracas, aunque con la victoria de ayer, el panorama cambia totalmente para San Lorenzo, ya que mantiene intactas sus chances, aun perdiendo en Brasil, pero no sería lo más conveniente, dado que virtualmente clasificaría como uno de los peores segundos, corriendo el riesgo de enfrentar a uno de los mejores primeros y condenando la localía en la definición de las series, como ocurrió con Boca la pasada edición. De parte del equipo boliviano, hay que decir que, es evidente el pobre nivel que habitualmente tienen, y que con lo ocurrido ayer, queda en evidencia que ya ni la altura, su principal aliando en los encuentros de local, les hace de garantía para la victoria, y que de visitante es su peor pesadilla, condenándose casi siempre, ha sufrir goleadas. La verdad es que es una pena que la FIFA haya dado marcha atrás con la prohibición de la altura, estos países de muy pobre desempeño futbolístico, se refugian en ella, creyendo que obtienen un beneficio, cuando en realidad es totalmente perjudicial, ya que de esta manera nunca aprenden a jugar de visitante, por lo que les es imposible progresar a nivel continental y mundial.

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