
Es un buen momento para hacer un paréntesis en esta etapa del campeonato y de la copa, respectivamente. Por empezar, la realidad nos revela que a una fecha de concluirse la etapa de grupos de la presente edición de la Copa Libertadores, todavía no hay ningún equipo argentino clasificado para la siguiente fase. River aparece como el mejor o más cómodo en este aspecto, le basta empatar o perder por 1 a 0 de local contra la Universidad de San Martín. Hay que mencionar que los millonarios han tenido una discreta y efectiva participación, en un grupo donde encontramos a un América inmerso en una crisis institucional y futbolística, con una realidad que dista mucho de ser el equipo que disputó la final de la última copa Sudamericana, con una Universidad Católica que nos muestra una vez más la constante mediocridad del fútbol chileno, y una Universidad de San Martín que desde su humilde posición, tiene una remota chance de clasificar frente a dos gigantes como América y River. No hay sector del periodismo que no destaque la falta de buen juego y protagonismo de el equipo de Simeone. Es que el "millonario" (tiene un pasivo de 80 millones y alquila el estadio para recitales, a ver si puede tapar un poco el déficit) aun no ha encontrado un funcionamiento colectivo que justifique su liderazgo en el campeonato. Y es que River gana, pero no juega el fútbol al que tiene acostumbrados a sus hinchas, y que por momentos parece un equipo chico que aguanta los resultados cuando ya va ganando, en vez de desplegar jerarquía y superioridad. Tendrán que adaptarse los simpatizantes a este nuevo River, que de la mano de un picapiedra(ayer como jugador, y hoy como técnico) como Simeone, no se puede esperar demasiado, y que en cuanto el equipo empiece a tropezar, el aluvión de criticas se hará sentir.
Por el lado de Estudiantes y Lanús, hay que decir que lideran su grupo, con escasos puntos, pero con una muy cómoda ubicación, y que a los dos les bastará con empatar su último partido para clasificar primero y segundo respectivamente. El Pincha también transita un buen pasar en el torneo Clausura, colocándose en la segunda posición, y adeudándosele tres puntos de su partido suspendido con Racing. Del otro lado, el granate es apenas una sombra en torneo, de lo que fue el año pasado, y siendo el último campeón, deja mucho que desear ante la expectativa creada por volver a repetir una buena campaña. (siguiendo así con la aberrante tradición de nuestro fútbol, que consagra campeones de torneos cortos, que al siguiente campeonato vuelven a caer en la mediocridad de siempre, y nos deja pensando... cuantos de estos equipos se hubieran consagrado si hubieran torneos largos?).
El ciclón, luego de un mal arranque, logró reposicionarse y quedar nuevamente en la pelea, tras una racha de seis victorias consecutivas. En la copa, la última caída en Brasil contra el Cruzeiro complicó un poco sus chances de acceder a la siguiente fase, y esta semana el equipo de Ramón deberá ganarle si o sí al Caracas para clasificar. Todo parece estar con viento a favor para el conjunto de Boedo, que sin jugar del todo bien y sin brillar, encuentra siempre un "penal" que lo saca del apuro, cuando el equipo no la pasa bien. De todas maneras el equipo muestra contundencia y regularidad, pero que en instancias definitorias debe mostrar más temple que la tibia imagen que ha mostrado hasta ahora, si no quiere decepcionar, quedarse a fuera de la copa Libertadores, en el año de su centenario (cien años de vergüenza y frío).
Por el lado de Boca, el equipo siente todavía la clara ausencia de Riquelme. Si bien Dátolo en mayor medida, y el tano Gracián (para algunos: Glaciar) han intentado reemplazarlo, tratando de mantener un volumen de juego ofensivo, la falta de contundencia por parte de Palacio y Palermo han dilapidado muchas chances claras de gol en los últimos partidos. Y sumando a eso los desbarajustes defensivos, productos de lesiones y la falta de seguridad en la última linea, han dejado a Boca en una difícil situación, de cara a la clasificación a la siguiente instancia de la copa. El conjunto de Ischia deberá golear por cuatro goles o más al Maracaibo para acceder a la siguiente fase. De los argentinos es el más complicado, producto también de sus pálidas y olvidables presentaciones de visitante en Chile frente al Colo Colo, y en México frente al Atlas. En el torneo local, pareciera que el Xeneixe pariera todos los partidos, complicando sus chances de luchar, con lamentables empates y sufridas victorias. Si bien aun esta invicto, tantas igualdades ante rivales cómodamente accesibles lo han alejado un poco de la punta, y deberá encontrar la victoria ante los cruciales rivales que le avecinan, quienes pelean directamente el campeonato. (es decir, Newells, San Lorenzo, River y Estudiantes, en ese órden)
El resto de los equipos que no participan en la copa, "casualmente" navegan en una profunda irregularidad y mediocridad. Tigre parece haber perdido la memoria del torneo pasado, y hoy es un equipo más, sin peso y lejos de la punta. Independiente no logra buenas actuaciones de visitante, y gana de local cuando se inspira Montenegro. Con la reciente llegada de Borghi, el equipo busca un cambio de aire y de actitud, que es fundamentalmente lo que reclaman sus hinchas. Racing logró ganar por primera vez en el partido, luego de nueve fechas, y aun sigue en promoción (con eso se resume todo). Los demás hacen lo que pueden, como siempre, en un fútbol argentino vaciado, que cada vez pierde sus figuras más pronto.

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