Finalmente Juan Martín del Potro cayó en cuatro set frente a Andy Murray por los cuartos de final del US Open (último Gram Slam del año). De una destacadísima acutación, el tandilense terminó así su racha, con 23 victorias consecutivas, tramo en el cual logró 4 títulos de ATP. Pero esta vez no pudo ser, y concluyó su participación en este certamen, con un muy parejo partido, contra el que desde el lunes próximo será el número 4 del Mundo. El ajustado margen del resultado (6-7,6-7,6-4,5-7) y el desarrollo del partido nos deja a las claras que de igual manera que se dio, podría haber sido una victoria ajustada para del Potro.
Sin embargo la categoría del escosés y su mayor experiencia en estos certámenes pesó en el partido. Murray es un jugador bastante imprevisible, que altera el ritmo de juego en todo momento con una gran variedad de golpes, que lo hacen un jugador muy técnico, contraofensivo y lleno de sorpresas. Aún así, Juan Martín estuvo a la altura de la situación en todo momento, sólo que cometió algunos errores (aciertos del rival sería más apropiado) que lo hicieron perder algunos puntos importantes, sobre todo en ambas definiciones por Tie Break que a la larga le costarían los sets y el partido.
Para aquellos (hinchas de River sobre todo) que no creen que hay maneras y maneras de perder, basta con mirar el quiebre emocionla que tuvo Juan Martín en la conferencia de prensa, en la que rompió en llantos. Es que seguramente la sensación de que estuvo "ahi" y de que tuvo posibilidades, para que la historia fuera otra, es inevitable sentirla. Si bien no quita el dolor, tiene otro sabor, y eso es algo que pocos saben entender. Ese sabor es el de la dignidad, el horgullo, la valentía y el haber dejado todo por un objetivo que no se pudo concretar. Y es muy distinto a otra clase de derrotas contundentes (como la de Nalbandian en tercera ronda), porque esta es justamente el tipo de derrotas que hacen crecer e invitan a soñar con una "revancha" o consagración futura, es un paso de maduréz por el que todos deben atravezar, y especialmente este joven tenista de tan sólo 19 años.
Por eso es para no dejar de aplaudir lo de Juan Martín, a quien la próxima semana seguro estaremos viendo y alentando como la nueva esperanza joven del tenis argentino, cuando se realice el pleito de Copa Davis ante Rusia. Será la oportunidad de "vengarse" para la Argentina, de aquella final del 2006 que se perdió en Moscú, en la cual podemos recordar una gigante actuación de Nalbandian. Por ello hay grandes esperanzas depositadas en del Potro para este próximo compromiso, pero no hay que esperar que por el hecho de este buen pasar, Juan Martín deba ganar si o si y categóricamente, si es que le toca jugar. Se debe tener paciencia, que todo llegará a su tiempo, y parece que a Juan Martín le están llegando muy pronto, y nos alegramos por ello.
Sin embargo la categoría del escosés y su mayor experiencia en estos certámenes pesó en el partido. Murray es un jugador bastante imprevisible, que altera el ritmo de juego en todo momento con una gran variedad de golpes, que lo hacen un jugador muy técnico, contraofensivo y lleno de sorpresas. Aún así, Juan Martín estuvo a la altura de la situación en todo momento, sólo que cometió algunos errores (aciertos del rival sería más apropiado) que lo hicieron perder algunos puntos importantes, sobre todo en ambas definiciones por Tie Break que a la larga le costarían los sets y el partido.
Para aquellos (hinchas de River sobre todo) que no creen que hay maneras y maneras de perder, basta con mirar el quiebre emocionla que tuvo Juan Martín en la conferencia de prensa, en la que rompió en llantos. Es que seguramente la sensación de que estuvo "ahi" y de que tuvo posibilidades, para que la historia fuera otra, es inevitable sentirla. Si bien no quita el dolor, tiene otro sabor, y eso es algo que pocos saben entender. Ese sabor es el de la dignidad, el horgullo, la valentía y el haber dejado todo por un objetivo que no se pudo concretar. Y es muy distinto a otra clase de derrotas contundentes (como la de Nalbandian en tercera ronda), porque esta es justamente el tipo de derrotas que hacen crecer e invitan a soñar con una "revancha" o consagración futura, es un paso de maduréz por el que todos deben atravezar, y especialmente este joven tenista de tan sólo 19 años.
Por eso es para no dejar de aplaudir lo de Juan Martín, a quien la próxima semana seguro estaremos viendo y alentando como la nueva esperanza joven del tenis argentino, cuando se realice el pleito de Copa Davis ante Rusia. Será la oportunidad de "vengarse" para la Argentina, de aquella final del 2006 que se perdió en Moscú, en la cual podemos recordar una gigante actuación de Nalbandian. Por ello hay grandes esperanzas depositadas en del Potro para este próximo compromiso, pero no hay que esperar que por el hecho de este buen pasar, Juan Martín deba ganar si o si y categóricamente, si es que le toca jugar. Se debe tener paciencia, que todo llegará a su tiempo, y parece que a Juan Martín le están llegando muy pronto, y nos alegramos por ello.
Para el que le queden dudas, he aquí la emoción de un chico con un hambre de ganar y crecer pocas veces visto. Felicitaciones Juan Martín!!!
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